¿De dónde obtienen los lobos calcio, fósforo, magnesio y otros elementos?

¿Qué sucedería si un lobo pierde sus dientes intentando mascar huesos?
La dentadura del lobo no está preparada para moler huesos. Sus incisivos se desgastarían a toda velocidad, y sus caninos podría fracturarse. Todo esto se debe a una decisión de la naturaleza: los lobos no comen hueso con carne a menos que sea lo último disponible


Pero hay muchos riesgos más aparte del desgaste y la rotura dentaria cuando se come huesos. Los veterinarios experimentados sin dudas han atendido muchos casos, por ejemplo lo que explica el Dr Charles Hurty, de la Clínica Veterinaria Grove, en Oregon, USA:
- Lesiones de boca o lengua. “Recientemente tuve que reparar la lengua lacerada y el paladar duro de un perro después de que se lastimó masticando una costilla.”
- Huesos que se atascan en la boca entre los dientes. “Esta es una situación estresante y dolorosa para los perros. Esta situación puede provocar daños en los dientes y las encías y provocar infecciones desagradables en la boca.”
- Los huesos se enrollan alrededor de la mandíbula inferior de su perro (el maxilar inferior queda atrapado dentro del hueco de un hueso grande, luego se inflama y se produce un ciclo donde a mayor daño, mayor inflamación, con lo que a su vez aumenta el daño. Muchas veces se llega a tener que cortar el hueso con una sierra –sedando antes al perro- para liberar el maxilar). “Esto puede ser extremadamente estresante y doloroso para su perro. Lo he visto muchas veces. El tipo de hueso típico involucrado es un hueso de jamón más grande. Mientras mastica el hueso, el perro desliza sus dientes caninos inferiores a través del centro del hueso (buscando comer la médula), atrapándolo así detrás de los caninos y alrededor de la mandíbula inferior. Se requiere sedación fuerte y a veces se requiere anestesia total (con el riesgo correspondiente) para poder extraer el hueso.”
- Los huesos pueden quedar atrapados en el esófago. “El esófago es el tubo que transporta los alimentos desde la boca hasta el estómago. Esto puede provocarle dolor y angustia a su perro. La anestesia y la cirugía son necesarias para remediar esta situación. Esta es una situación que pone en peligro la vida, ya que el esófago está en riesgo de pincharse y romperse.”
- Los huesos pueden atascarse en la tráquea. “Esto puede suceder si su perro inhala accidentalmente un pedazo de hueso. Esto puede provocar una emergencia respiratoria inmediata, ya que su perro tendrá dificultades para respirar.”
- Los huesos también pueden quedar atrapados en el estómago. “Su perro puede tener náuseas y deshidratarse. Se puede requerir cirugía para extraer el hueso.”
- Los huesos pueden atascarse en el tracto intestinal y provocar una obstrucción. “Esta es una situación potencialmente mortal que debe abordarse de inmediato. Su perro no podrá comer y regurgitará todo lo que intente consumir. Es posible que se requiera hospitalización y cirugía para sacar a su perro de esta situación de crisis.”
- Los huesos pueden causar sangrado intestinal intenso e inflamación. “Si se produce este tipo de lesión, la deshidratación puede volverse bastante grave. Esto puede convertirse rápidamente en una situación potencialmente mortal.”
- Los fragmentos de hueso pueden quedar atrapados en los intestinos y causar estreñimiento severo. “Esto es muy doloroso para su perro y se requerirá tratamiento. Estos fragmentos óseos pueden ser afilados; pueden raspar e irritar el revestimiento del intestino grueso (colon) y el recto.”
- Los huesos también pueden penetrar o hacer agujeros en los intestinos y / o el estómago. “Esto resulta en una infección abdominal severa o peritonitis. Esta infección mata perros. Es extremadamente difícil para un perro sobrevivir a este tipo de lesión e infección. Esta es una situación de emergencia inmediata.”
Como vemos, administrar huesos a los perros puede acarrear severos problemas. Pero peor las tendría un lobo, donde no hay veterinarios, ni dieta blanda si se rompe los dientes, donde se debe cazar y sobrevivir como se pueda.
Entre los perros, muchos de esos casos que es oyen como “estaba gordo y lindo pero me lo envenenaron” se deben justamente a accidentes con huesos que jamás nadie diagnosticó. Pasa que en el 99% de los casos de supuestos envenenamientos no se hace ninguna consulta veterinaria con el animal ya muerto. Una amplia mayoría de las personas considera innecesario el gasto en una necropsia para conocer las causas de la muerte, que ya no tiene remedio, y por lo tanto se culpa a un envenenador misterioso, que, una vez más, suele ser un error en la alimentación.
¿Cómo hacen entonces para obtener calcio en la naturaleza?
Es tan simple que te sorprenderá no haberlo pensado antes.
Las principales presas de los lobos son los rumiantes, y los rumiantes son verdaderas máquinas de digerir 16 horas al día, donde su aparato digestivo, desde la boca al final del intestino, es una verdadera planta procesadora.
Un rumiante grande, como una vaca o un bisonte, produce entre 90 y 160 litros de saliva diarias.
Dicha saliva es tragada en el bolo alimenticio.
La saliva de los rumiantes contiene enzimas que ayudan a la descomposición de la grasa (lipasa salival) y el almidón (amilasa salival). La función más importante de la saliva es amortiguar los niveles de pH en el retículo y el rumen.
El forraje que va comiendo se mezclan con la saliva que contiene sodio, potasio, fosfato, bicarbonato, calcio, magnesio y urea para formar un bolo.
Es decir que la saliva de las presas tiene un conjunto de minerales perfectamente equilibrados y preparados para una asimilación rápida y eficiente por parte del lobo.
Y todo eso va mezclado con alimento vivo (probióticos), otras enzimas y jugos digestivos diversos, fibras y carbohidratos vegetales debidamente acondicionadas por la predigestión.
Esto hace que los lobos exitosos, los longevos, los que reproducen y tienen éxito, elijan siempre las vísceras cuando cazan una presa, dejando los huesos con carne (incluyendo los grandes músculos de los cuartos traseros) a los carroñeros, los lobos solitarios, expulsados, los que vivirán el tiempo que puedan y como puedan. Esos morirán en poco tiempo, entre las roturas dentarias, los obstrucciones por huesos, y la mala alimentación por las carencias que deja una dieta limitada a huesos carnosos, la naturaleza se asegurará de ese modo que solo sobrevivan los más aptos, los equilibrados, los capaces de formar manadas estables y nunca ser expulsados por mal temperamento.



Te preguntarás qué sucede con aquellos animales que sí rompen huesos con sus dientes, como por ejemplo el cocodrilo

Los cocodrilos tienen una dentadura bastante distinta a la de los cánidos, mucho más fuertes y difíciles de desgastar.
Pero lo más importante: los cocodrilos renuevan sus dientes hasta 50 veces a lo largo de su vida. Quiere decir que si accidentalmente rompen alguno, lo cual suele suceder por supuesto, no pasa nada, porque en poco tiempo les crecerá otro.
Esto es algo que los cánidos no pueden hacer, para ellos diente gastado o diente roto es irrecuperable, a pesar de que es una herramienta fundamental para la supervivencia solo tienen un juego de dientes de adulto, que obtienen a partir del cambio de los 4 ó 5 meses y ya no habrá repuestos de por vida.
Por lo tanto los lobos jamás comerían huesos, a menos que sea lo único que les queda disponible para sobrevivir unos días más.
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Las redes sociales te llevan a la locura, que dar huesos, que no dar huesos, que los huesos limpian los dientes, que los huesos rompen los dientes, que los cereales causan alergia, que los sin cereales causan problemas cardíacos, que dales fruta, que los perros no comen fruta …
… la realidad es que terminas jugando al azar con tu perro